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Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad irreversible y progresiva del cerebro, que destruye lentamente la memoria y la capacidad del pensamiento y, eventualmente, la capacidad de llevar a cabo las tareas más simples. En la mayoría de los casos,  los síntomas de Alzheimer aparecen por primera vez después de los 60 años de edad.

La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia entre las personas mayores. La demencia es la pérdida de las funciones cognitivas: pensar, recordar y razonar, en tal grado que interfiere con la vida diaria y actividades de una persona. Las estimaciones varían, pero los expertos sugieren que hasta 5.1 millones de estadounidenses pueden sufrir esta enfermedad.

La enfermedad de Alzheimer recibió su nombre del Dr. Alois Alzheimer. En 1906, el Dr. Alzheimer se dio cuenta de ciertos cambios en el tejido cerebral de una mujer que había muerto de una enfermedad mental poco común. Entre sus síntomas estaban la pérdida de memoria, problemas de lenguaje y comportamiento impredecible. Después de que la paciente muriese, el doctor examinó su cerebro y encontró  muchas formaciones anormales (ahora llamadas placas de amiloide) y agrupaciones de fibras enredadas (ahora llamadas ovillos neurofibrilares).

Las placas y los ovillos neurofibrilares en el cerebro son dos de las principales características de la enfermedad de Alzheimer. La tercera es la pérdida de conexiones entre las células nerviosas del cerebro (neuronas).

 

 

 

Aún no se comprende completamente la causa del Alzheimer, pero es evidente que se desarrolla debido a una compleja serie de eventos que tienen lugar en el cerebro durante un largo período de tiempo. Es probable que las causas sean genéticas, ambientales, y referentes al estilo de vida. Debido a que las personas difieren en su composición genética y estilo de vida, la importancia de estos factores para prevenir o retrasar el Alzheimer es diferente de persona a persona.

La genética juega un papel en algunas personas con Alzheimer. Un tipo raro de esta enfermedad, llamado Alzheimer de inicio temprano, afecta a personas de entre 30 a 60. Algunos casos de inicio precoz, llamado Alzheimer familiar, se heredan, y es causado por mutaciones (cambios permanentes) en tres genes. Los hijos de una misma generación tienen una probabilidad del 50% de desarrollar Alzheimer familiar si uno de sus padres lo ha padecido.

La mayoría de los casos de Alzheimer son de aparición tardía, desarrollándose después de los 60 años. A pesar de que no se ha identificado un gen específico como la causa de la aparición tardía de Alzheimer, los factores genéticos parecen aumentar las posibilidades de que una persona desarrolle la enfermedad. Este riesgo mayor se relaciona con la apolipoproteína E (APOE). El gen APOE tiene varias formas. Uno de ellos, APOE ε4, se encuentra en casi el 40 por ciento de todas las personas que desarrollan Alzheimer de aparición tardía. Sin embargo, al menos un tercio de las personas con Alzheimer no tienen esta forma del gen.

También pueden existir entre cuatro y siete otros genes que suponen factores de riesgo de padecer Alzheimer. Uno de ellos, el SORL1, fue descubierto en 2007. Estudios genéticos a gran escala están buscando otros genes “de riesgo”.

Las investigaciones sugieren que ciertos factores de estilo de vida, tales como una dieta nutritiva, hacer ejercicio, compromisos sociales, y actividades de estimulación mental, puede ayudar a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y el Alzheimer. Los científicos están investigando la asociación entre el deterioro cognitivo y la enfermedad cardíaca, la presión arterial alta, la diabetes y la obesidad.  Entender estas relaciones y ponerlas a prueba en ensayos clínicos, nos ayudará a entender si la reducción de factores de riesgo de estas enfermedades puede ayudar a luchar contra el Alzheimer.

Hace treinta años, sabíamos muy poco sobre el Alzheimer. Desde entonces, los científicos han avanzado mucho. Investigaciones apoyadas por el NIA y otras organizaciones, han ampliado nuestro conocimiento sobre las funciones cerebrales en personas mayores sanas, identificado formas en que  éstas disminuyen con la edad en la función mental, y profundizado nuestra comprensión de la enfermedad. Estos esfuerzos nos acercan al día en que seremos capaces de tratar con éxito o incluso prevenir esta enfermedad devastadora.


 

 

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Cambios cerebrales en la enfermedad de Alzheimer

A pesar de que todavía no sabemos lo que inicia el proceso de la enfermedad de Alzheimer, sí sabemos que los daños en el cerebro comienzan hasta 10 o 20 años antes de que los problemas sean evidentes. Los “enredamientos” comienzan a desarrollarse en lo más profundo del cerebro, en un área llamada corteza entorrinal, y se forman placas en otras áreas. A medida que más placas y ovillos van formándose, en ciertas áreas del cerebro, las neuronas normales comienzan a trabajar de forma menos eficiente. Es entonces, cuando pierden su capacidad para funcionar y comunicarse entre sí, por lo que acaban muriendo. Este proceso dañino se propaga a una estructura cercana, llamada hipocampo, que es esencial en la formación de recuerdos. Con el aumento de muerte de neuronas, las regiones afectadas del cerebro comienzan a disminuir. En la etapa final de la enfermedad de Alzheimer, el daño está muy extendido y el tejido cerebral se ha reducido de manera significativa.

Factores de Riesgo

El proceso de envejecimiento
Algunos de los cambios relacionados con la edad pueden empeorar los daños del Alzheimer en el cerebro. Los investigadores creen que la inflamación podría desempeñar un papel en la enfermedad. Los estudios han sugerido que los fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINE) pueden ayudar a retrasar la progresión del Alzheimer, pero los ensayos clínicos hasta la fecha no han demostrado el beneficio de estos fármacos. Los investigadores continúan buscando la forma en que otros AINE podrían afectar el desarrollo o progresión de la enfermedad.

Los científicos también están investigando los radicales libres, moléculas de oxígeno o de nitrógeno, que se combinan fácilmente con otras moléculas. La producción de radicales libres pueden dañar las células nerviosas.

Las enfermedades del corazón y la diabetes
La investigación ha comenzado a desentrañar las relaciones entre el Alzheimer y las enfermedades vasculares, que afectan a los vasos sanguíneos del cuerpo. Los científicos están investigando la asociación entre el deterioro cognitivo vascular y trastornos metabólicos tales como las enfermedades cardiacas, los derrames cerebrales, la presión arterial alta y la diabetes, lo que las relaciona de forma directa con el aumento de riesgo de Alzheimer. Varios ensayos clínicos están estudiando si los tratamientos para estas enfermedades pueden mejorar la memoria y las habilidades de pensamiento en las personas con Alzheimer o deterioro cognitivo leve.

Estilo de Vida.
Numerosos estudios sugieren que factores tales como una dieta sana, ejercicio y compromiso social puede estar relacionados con el riesgo de deterioro cognitivo y el Alzheimer. Por ejemplo, cada vez surgen más evidencias que sugieren que la actividad física puede ser buena para el cerebro, así como nuestros corazones y nuestras cinturas.

Algunos estudios en personas mayores han demostrado que los niveles más altos de actividad física se asocian con un menor riesgo de Alzheimer. Los ensayos clínicos están en curso para estudiar la relación de ejercicio para el envejecimiento saludable del cerebro y el desarrollo del Alzheimer.

Los científicos también han estudiado si la dieta puede ayudar a preservar las funciones cognitivas, o a reducir el riesgo de Alzheimer. Algunos estudios han demostrado que la dieta "mediterránea" está asociada con un menor riesgo de padecer la enfermedad. Para confirmar los resultados, los científicos están llevando a cabo ensayos clínicos para examinar la relación entre componentes específicos de la dieta y la función cognitiva y el Alzheimer. Su médico le puede recomendar: porciones de frutas y verduras, pescado o aves de corral, en lugar de carne roja, panes integrales y cereales, fuentes alternativas de proteínas, como frijoles, nueces y semillas, aceite de oliva, y menos grasas saturadas.

Los estudios están investigando muchos otros tratamientos posibles, incluyendo las hormonas y la formación cognitiva, para ver si pueden mejorar las habilidades de pensamiento en las personas con Alzheimer o incluso prevenir la enfermedad en personas que están en riesgo.

Una dieta nutritiva, actividad física, el compromiso social, y todas las actividades de estimulación mental puede ayudar a las personas a mantenerse saludables. Una nueva investigación sugiere la posibilidad de que estos factores también podrían ayudar a reducir el riesgo de declive cognitivo y el Alzheimer.. La comprensión de estas relaciones y ponerlas a prueba en ensayos clínicos nos ayudará a entender si la reducción de factores de riesgo de estas enfermedades puede ayudar con la enfermedad de Alzheimer.

Los mismos factores que la ponen en riesgo de enfermedad del corazón también puede aumentar la probabilidad de que usted desarrolle la enfermedad de Alzheimer. Los ejemplos incluyen: presión arterial alta, niveles altos de colesterol y diabetes mal controlada.

Mantener su cuerpo en forma no debe ser su única preocupación – también hay que ejercitar la mente. Algunos estudios han sugerido que permanecer mentalmente activo durante toda su vida, especialmente en sus últimos años, reduce el riesgo de enfermedad de Alzheimer: el ejercicio mental y el aprendizaje permanente puede promover el crecimiento de las sinapsis adicionales, las conexiones entre las neuronas, y retrasar la aparición de la demencia.


Un posible ejercicio es el de llevar un calendario recordatorio, registrando no sólo los eventos próximos, sino las cosas que suceden y las actividades necesarias para completar a diario. Se deben marcar esas actividades una vez completadas. Si usted puede hacer de este proceso un hábito antes de empeorar sus problemas de memoria, será más probable que mantenga esta habilidad cuando la enfermedad progrese. Si usted no puede recordar si ha tomado sus pastillas o que llamó a la mañana, puede comprobar su diario.

Niveles de educación
Los estudios han encontrado una asociación entre menos educación y el riesgo de Alzheimer, aunque se desconoce la razón precisa. Algunos investigadores creen que cuanto más uses tu cerebro, más sinapsis se crean, lo que proporciona una mayor reserva a medida que se envejece. Aunque puede ser que es más difícil de detectar el Alzheimer en las personas que ejercen su mente con frecuencia o que tienen más educación.

 

La mente...

 

"Los científicos están realizando estudios para obtener más información sobre las placas, los enredos, y otras características de la enfermedad de Alzheimer. Actualmente, se pueden visualizar las placas mediante escáneres cerebrales en pacientes vivos. También se están estudiando los pasos más tempranos en el proceso de la enfermedad. Los hallazgos de estos estudios ayudarán a entender las causas del Alzheimer.

Uno de los grandes misterios de la enfermedad de Alzheimer es por qué ataca a adultos de avanzada edad. Los estudios sobre cómo el cerebro cambia normalmente con la edad esta arrojando luz sobre esta cuestión. De esta manera, los científicos están descubriendo cómo los cambios relacionados con la edad en el cerebro pueden dañar a las neuronas, y contribuir al deterioro del Alzheimer. Algunos de estos cambios relacionados con la edad son: la atrofia (disminución) de ciertas partes del cerebro, la inflamación y la producción de moléculas inestables, llamadas radicales libres."

 

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¿Qué otros posibles tratamientos se están investigando?

Beta-amiloide
"Los científicos están muy interesados en los efectos tóxicos de la beta-amiloide, una parte de la proteína precursora amiloide que se encuentra en depósitos (placas) en los cerebros de las personas con Alzheimer. Los estudios han avanzado hasta el punto que los investigadores están probando en seres humanos posibles terapias dirigidas a la eliminación de la beta-amiloide, la detención de la formación, o romper formaciones tempranas antes que puedan resultar nocivas. Por ejemplo, en un ensayo clínico patrocinado por el NIA, los científicos están probando si la inmunización pasiva, con un fármaco aprobado por la FDA llamada IGIV, se puede tratar con éxito las personas con Alzheimer"

 

 

 

Datos

 

Edad. Por lo general la enfermedad de Alzheimer afecta a personas mayores de 65 aňos, pero puede, en algunas ocasiones, afectar a menores de 40 aňos. Menos del 5 por ciento de las personas entre 65 y 74 años padecen de Alzheimer. Para las personas mayores de 85 años, ese número salta a casi el 50 por ciento.

Herencia. El riesgo de desarrollar Alzheimer parece ser ligeramente mayor si un familiar de primer grado - los padres, una hermana o hermano - tiene la enfermedad. Aunque los mecanismos genéticos del Alzheimer en las familias siguen en gran medida sin explicación, los investigadores han identificado varias mutaciones genéticas que aumentan enormemente el riesgo en algunas familias.

Sexo. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar la enfermedad, en parte porque viven más tiempo.

 
Deterioro cognitivo leve. Las personas que sufren un trastorno cognitivo leve, padecen problemas de memoria peores de los que sufren las personas de su edad, pero no lo suficientemente fuertes para ser clasificados como demencia. Muchos de los que tienen esta condición llegan a desarrollar enfermedad de Alzheimer